En menos de un mes se han producido dos explosiones de gas en Valladolid que han dejado una mujer fallecida y más de veinte heridos. Estos son los casos más llamativos, pero los primeros intervinientes en emergencias trabajan todos los días y su actuación rápida y profesional marca la diferencia entre la vida y la muerte.
Sin embargo, no son máquinas, su actuación en momentos de máxima tensión conlleva una carga emocional muy alta que, a veces, es difícil de gestionar una vez terminada la intervención.