ALREDEDOR DE 100 DIRECCIONES DE CENTROS ESCOLARES PLANTEAN SU DIMISIÓN EN BLOQUE SI NO SE LLEGA A UN ACUERDO
4 de ekaina de 2025

En la mañana de hoy se ha enviado a la presidencia del Principado de Asturias una carta con los motivos, por los que alrededor de 100 equipos directivos de centros escolares presentan su dimisión en el caso de que no se solucione esta situación:
“Por la presente, le anunciamos la voluntad e intención de presentar la dimisión como directoras y directores de centros públicos de Asturias si esta situación actual no se desbloquea y se empiezan a considerar las necesidades que nosotros/as, como representantes de nuestros claustros, hemos hecho constar en el Manifiesto que días atrás le hemos trasladado. Esta decisión no nace de un impulso repentino, sino del profundo convencimiento de que no podemos ser cómplices de un sistema que se aleja cada vez más de los principios que históricamente hemos defendido. Pertenecemos a un colectivo profesional que siempre ha trabajado por combatir las desigualdades sociales, por la inclusión, por la igualdad de oportunidades y por una educación pública de calidad. La escuela pública necesita decisiones valientes y estructuras adaptadas a una sociedad que ha cambiado profundamente en los últimos 15 años. Entendemos y defendemos que EDUCAR implica transformar, no sostener lo insostenible. Y en este proceso, muchas y muchos de nosotros y nosotras estamos pagando un precio altísimo: el de nuestra salud. Las cifras de ansiedad, agotamiento y estrés crónico de los Equipos Directivos en Asturias están avaladas por informes de salud y prevención de riesgos laborales. Aun así, seguimos al frente, muchos y muchas, poniendo incluso nuestro bienestar en juego, porque creemos en la escuela pública. Pero una cosa está clara: antes morir de hambre que perder la dignidad. Hemos leído con atención la carta de dimisión de la ya exconsejera Lydia Espina, en la que alude con sinceridad al impacto de esta situación en su salud personal. Lo comprendemos. Pero también le decimos que los equipos directivos llevamos años lanzando señales de socorro y solicitando que al menos se nos escuche. La diferencia es que a nosotras y nosotros no se nos permite dimitir con la misma libertad. En muchos casos, somos empujados a aceptar responsabilidades imposibles, sin recursos suficientes y con una carga emocional, administrativa y burocrática desmesurada y que va en aumento mes a mes y curso a curso. Somos responsables de centros que, por dentro, trabajan cada día por sostenerse, mientras por fuera se repiten eslóganes vacíos sobre calidad educativa. No queremos seguir viendo nuestras aulas masificadas, a nuestros compañeros y compañeras agotados, mendigando apoyos para poder atender como se merecen a nuestro alumnado. La falta de personal especializado, como los recursos de Pedagogía Terapéutica, Audición y Lenguaje, Auxiliares Educativos, Orientadores/as y Personal de Servicios a la Comunidad, está dejando a mucho alumnado sin la atención que necesitan.
Y lo peor es que ya ni siquiera se promete. Se nos responde con frases del tipo "no hay dinero" o "ya tenéis lo que os corresponde". ¿De verdad alguien ha entrado últimamente en nuestras aulas y ha visto lo que sucede? ¿Quién tiene más impotencia: una dirección que no puede cambiar nada, unos docentes que no llegan a todo o unas familias que ven cómo su hijo o hija, sea cual sea su necesidad, no recibe lo que merece de un sistema que presume de equitativo? Porque educar y enseñar no es custodiar ni vigilar. Y mientras no se entienda eso, seguiremos perdiendo. Y sí, también trabajamos por dinero. No vivimos del aire. Tenemos hipotecas, hijas, hijos y un coste de vida que no deja de aumentar. La equiparación salarial no es un capricho, es justicia. Somos los docentes peor pagados del Estado, gestionando centros, asumiendo riesgos, liderando equipos y haciendo mucho más con mucho menos. Trabajamos en aulas con 25 alumnos/as, grupos muy heterogéneos en los que tenemos que afrontar la atención de alumnado recién llegado y sin dominio del idioma, alumnado vulnerable y en riesgo de exclusión social y con familias desestructuradas, varios alumnos/as NEE por aula (en ocasiones superiores al máximo permitido, que son dos) y además otros tantos NEAE, que para la administración son invisibles, en fin, niños y niñas con derecho a ser atendidos como se merecen. Empatía, lo llaman. O al menos así nos educaron a los que aún creemos en la escuela pública. Este es un ejemplo de las realidades que nos encontramos en las aulas, se suman colegios en zonas complejas, colegios rurales, colegios de educación especial o colegios con direcciones unipersonales que se enfrentan a diferentes y complejas realidades. Presentamos este aviso no porque consideremos que el sistema nos ha derrotado, ni porque queramos realizar una amenaza, sino como un acto de coherencia con las ideas que defendemos. ANTES QUE PERPETUAR UNA FARSA, ELEGIMOS DEFENDER LOS PRINCIPIOS POR LOS QUE DECIDIMOS DEDICARNOS A ESTO. Le pedimos encarecidamente que tenga en cuenta estas palabras, al igual que las que hemos recogido en el Manifiesto enviado con anterioridad, para que esta tarde los representantes de la administración y de su gobierno que se sienten a negociar, lo hagan con un verdadero afán de alcanzar un acuerdo que posibilite la mejora de la Calidad Educativa de Asturias. Atentamente, las direcciones firmantes.”
Foto: El Comercio