Un año de intoxicaciones sin respuesta: CSIF vuelve a exigir soluciones urgentes en el Hospital Universitario de Toledo
26 de noviembre de 2025
-Más de 400 partes de incidencia y una situación de “miedo y angustia” mientras continúa la sintomatología compatible con efecto tóxico de gases y/o envenenamiento agudo de los profesionales del Laboratorio de Anatomía Patológica y espacios adyacentes.
-Técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear, tras la petición de CSIF, acudieron ayer a realizar mediciones por posible exposición radiológica o electromagnética
Cuando se cumple un año de las primeras intoxicaciones en el Hospital Universitario de Toledo (HUT), la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) señala que los trabajadores del Laboratorio de Anatomía Patológica continúan sufriendo problemas de salud y reclama a la Consejería de Sanidad, Gerencia del Complejo Hospitalario de Toledo medidas para garantizar la seguridad y salud de los profesionales.
CSIF recuerda que el 27 de noviembre de 2024 se registraron las primeras intoxicaciones cuando dos trabajadores tuvieron que recibir atención sanitaria tras estar expuestos a una sustancia no identificada y se llegaron a presentar, en un primer momento, decenas de partes de accidente laboral por afecciones faríngeas, respiratorias, oculares o cutáneas. Las intoxicaciones continuaron en diciembre a pesar del uso de equipos de protección individual (EPIs) con hasta 34 trabajadores de baja, afectando también a profesionales de los laboratorios adyacentes de Genética, Microbiología, Hematología y Bioquímica, así como de otros servicios como el Banco de Sangre.
En enero de 2025, las mediciones llevadas a cabo por una empresa externa detectaron que se habían superado los valores límites ambientales de exposición a formaldehído y en febrero volvió a producirse otra intoxicación masiva.
Pese al cierre temporal de la sala de tallado, la restricción del uso del formaldehído, la aplicación de ventilación y protección química, la revisión de todo el sistema de climatización y el servicio de electromedicina, las mediciones de todas las máquinas y aparatos del Laboratorio y la búsqueda de sustancias químicas volátiles sin que haya habido resultados concluyentes, la sintomatología persiste sin conocerse cuál es el foco de las intoxicaciones.
Victoria Gutiérrez, responsable de CSIF Sanidad Toledo, señala que “hemos interpuesto cuatro denuncias ante Inspección de Trabajo, hemos pedido medidas cautelares del cierre del Laboratorio que fueron desestimadas por el Juzgado de lo Penal de Toledo a pesar del criterio de la Fiscalía, y ahora la Audiencia Provincial ha admitido a trámite nuestro recurso porque entendemos que es necesario depurar responsabilidades y también garantizar la protección de los trabajadores ante posibles secuelas permanentes, estamos hablando de que es la única manera de que el día de mañana puedan reclamar indemnizaciones y reconocer una enfermedad profesional, ya que se desconoce si pueden aparecer efectos adversos graves e irreversibles por exposición a agentes cancerígenos o mutágenos”.
“Alguien tiene que pedir perdón a los profesionales, se han equivocado mucho con ellos. Si está saliendo el trabajo adelante, a pesar del retraso, es a costa de su salud”, añade Gutiérrez.
Al desconocerse el origen del foco de la intoxicación, CSIF ha acudido al Consejo de Seguridad Nuclear para evaluar la posible exposición radiológica en la zona de laboratorios del HUT, cuyos técnicos llevaron a cabo ayer mismo mediciones y se está a la espera de conocer los resultados.

La sintomatología y retraso en pruebas diagnósticas
Durante el último año, los trabajadores han sufrido síntomas compatibles con efecto tóxico de gases y/o envenenamiento agudo (tal y como los expresa la propia mutua Solimat en sus informes): mareos, cefaleas intensas, vómitos, irritaciones respiratorias y cutáneas, úlceras oculares, sangrados nasales repentinos, alteraciones tiroideas, alteraciones de parámetros que tienen que ver con la médula o ferropenia, entre otros. En total, se han comunicado más de 400 partes de incidencia en el último año; sin embargo, la mutua Solimat no está concediendo bajas de manera sistemática desde enero aduciendo que no se puede establecer el origen laboral de la lesión.
Rosa Salort, delegada de CSIF y trabajadora del Laboratorio de Anatomía Patológica, señala que “el desgaste que estamos sufriendo es enorme, no es posible trabajar con este nivel de miedo y de angustia sin saber exactamente a qué estamos expuestos”.
Además de los graves problemas para la plantilla, Salort también señala que hay consecuencias para la ciudadanía, ya que hay un retraso muy importante en las pruebas diagnósticas no preferentes: ocho meses en el caso las citologías ginecológicas de cribado para detectar precozmente el cáncer de cuello de útero, seis meses en los diagnósticos de las biopsias (informe anatomopatológico) y dos meses en los análisis de las biopsias. Sí se está dando prioridad a las muestras que son susceptibles de malignidad o presencia tumoral.
Salort señala “siempre ha habido retraso por causas coyunturales, como la falta de patólogos, pero la situación ahora es insostenible, no estamos desarrollando nuestra labor en condiciones normales y además han disminuido los aparatos con los que trabajamos al estar en otra sala. Hay pacientes que están a la espera de conocer el resultado de las pruebas y es muy grave, puede haber consecuencias clínicas importantes. Que las citologías ginecológicas arrastren un retraso de ocho meses cuando lo normal es que sea alrededor de dos meses, es injustificable, al igual que las biopsias, que también es de dos meses. Un tiempo de retraso considerable cuando se trata de detectar precozmente un cáncer”.
CSIF ha podido conocer que todas las todas las biopsias entrantes desde el 3 de septiembre que no entran en el protocolo de prioridad van a ser externalizadas, sin que se sepa si las citologías ginecológicas también se van a externalizar. Esta decisión pone de manifiesto que existe una demora e indirectamente queda reconocido que el funcionamiento anormal del Servicio.
Por todo ello, CSIF vuelve a reclamar a las instituciones implicadas el cierre de las instalaciones para su completa revisión y reparación de las deficiencias que pudieran encontrarse y el traslado temporal a un espacio que reúna las condiciones adecuadas: es preciso encontrar el foco de las intoxicaciones y garantizar la salud y seguridad de los trabajadores.