582 trabajadores penitenciarios fueron agredidos en 2023 en Cataluña

  • Prensa y Comunicación

28 de febrero de 2024

Se incrementa la violencia en las cárceles catalanas

582 trabajadores penitenciarios fueron agredidos en 2023 en Cataluña

 

Se incrementa la violencia en las cárceles catalanas

 

Más de un trabajador es agredido a diario

 

 

Como cada año desde 2016, la Secretaría de Medidas Penales, Rehabilitación y Atención a la Víctima proporciona datos sobre los incidentes con resultado de agresión que se producen en las cárceles catalanas. Como todos los años, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha elaborado un informe estadístico con las cifras oficiales proporcionadas por el Departamento de Justicia.  En este se concluye que:

 

Las prisiones más conflictivas y con mayor incidencia de agresiones continúan siendo los centros penitenciarios de Brians 1, Brians 2, Jóvenes y Quatre Camins. Llama la atención el peligroso aumento de incidentes en el CP Jóvenes dado que es el centro con el menor número de internos de toda Cataluña “pero que, dadas las cifras, podemos afirmar que es, sin duda, de los más inadaptados y violentos de todo el sistema”, concluyen desde CSIF.

 

582 trabajadores/as penitenciarios/as fueron agredidos/as en 2023. 1,6 trabajadores son agredidos a diario en las cárceles catalanas. Se han registrado 703 incidentes, lo que supone casi dos incidentes diarios.

 

Las agresiones sexuales se triplican respecto a 2022. Para CSIF, “constituye otro dato escalofriante de este informe, ya que se han contabilizado hasta 17 incidentes de este tipo cuando en 2022 fueron 6”.

 

Se incrementa la violencia en las agresiones ya que los incidentes graves, que recogen los más violentos y con las peores consecuencias, se han incrementado en un 54,4%, Se registran un total de 86 incidentes graves en los que 105 trabajadores resultaron agredidos de consideración grave o muy grave.

 

El 20% de las agresiones suceden en los Departamentos Especiales y/o de Sancionados, es decir, uno de cada cinco.

 

Desde CSIF, hace años que denuncian la gran cantidad de internos con patologías psiquiátricas que conviven en módulos ordinarios con el resto de la población. Aseguran que “la ausencia de inversión en unidades de salud mental por parte de los departamentos de Justicia y el Instituto Catalán de la Salud es evidente. Cabe recordar que muchos centros de nueva creación tienen estas unidades cerradas o destinadas a otros perfiles de internos. Además, se debería retomar la administración diluida de la medicación que se le administra a los presos que son especialmente peligrosos para la seguridad del centro, ya que se evitaría el tráfico de estas sustancias y favorecería que la medicación la tomara quien realmente la necesita”.

 

En las Unidades de Salud Mental y Unidades Hospitalarias Psiquiátricas Penitenciarias (UHPP) se han producido un total de 16 incidentes con resultados de agresión (descartando las tentativas) con un total de 19 trabajadores agredidos.

 

A partir de los datos proporcionados por el Departamento, podemos concluir que 60 internos que han protagonizado incidentes se encontraban en primer grado (presos peligrosos o considerados de alto riesgo) en el momento de cometer el acto violento. Estos 60 agresores han causado que 105 trabajadores/as hayan sido derivados a la mutua o servicios médicos del propio centro.

 

El incremento respecto a 2016 (cuando la Secretaría empezó a proporcionar cifras absolutas, sin considerar las tentativas de agresión) es de +431 agresiones, representando un aumento del +285%. “Este dato constata que los cambios aplicados por los Servicios Penitenciarios desde entonces no están funcionando, pero la administración no toma cartas en el asunto ni analiza los motivos”.  

 

Un colectivo altamente agredido y olvidado por las administraciones

 

“Somos un colectivo hiperagredido, tanto física como psicológica e institucionalmente. Por ley, es deber de las administraciones proteger a sus trabajadores frente a los riesgos laborales, garantizando su salud y seguridad en todos los aspectos relacionados con su trabajo, mediante la integración de la actividad preventiva y la adopción de cuantas medidas sean necesarias. La administración penitenciaria catalana no toma las medidas necesarias para preservar la vida de sus trabajadores. Nunca sabes si vas a llegar entero a tu casa”.

 

Las prisiones catalanas sufren, desde muchos años, la falta de personal y la falta de medios materiales.  A su vez, “la falta de medidas coercitivas como los aerosoles o las pistolas taser, hacen que la población reclusa se sienta libre de agredir a los trabajadores. No tenemos forma de defendernos mientras los agresores inventan sus propias armas caseras. Tampoco somos considerados agentes de la autoridad en nuestras funciones”.

 

(Se adjunta informe de CSIF Prisiones)

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