CSIF presenta los resultados de una encuesta dirigida a conocer la incidencia de las agresiones en el sector de la seguridad privada en Castilla y León

Coincidiendo con el día de la seguridad privada, CSIF presenta los resultados de una encuesta dirigida a conocer la incidencia de las agresiones en el sector de la seguridad privada en Castilla y León.

El sindicato CSIF señala que 6 de cada 10 personas encuestadas afirman haber sufrido algún tipo de agresión física o verbal en su puesto de trabajo.

Con ocasión de la celebración del día de la seguridad privada, los responsables de empresa privada y prevención de riesgos laborales del sindicato independiente celebran una jornada para analizar los resultados de la encuesta, mostrando una “seria” preocupación por los datos obtenidos.

El sector de la seguridad privada ha experimentado un crecimiento constante en los últimos años, con un aumento en la demanda de servicios en espacios públicos y privados. Esto ha implicado una mayor exposición del personal de seguridad a situaciones de riesgo, incluyendo agresiones físicas y verbales. Se trata de un sector fuertemente masculinizado y envejecido. En su mayoría los encuestados cuentan con más de 15 años de experiencia en el sector y están sometidos a trabajo a turnos, con la repercusión que la turnicidad laboral conlleva en la salud. Fundamentalmente desarrollan su trabajo en centros con gran afluencia de público.

Los delegados de CSIF en el sector afirman que las causas principales de las agresiones se producen por una falta de respeto y reconocimiento hacia la figura del vigilante y la inadecuada formación del personal para gestionar situaciones violentas.

Sorprende que la mayoría de los encuestados que han sufrido agresiones de tipo verbal no las reporta, por lo que escapan del conocimiento de la empresa y de sus servicios de prevención. Por otro lado, coincide en las personas agredidas de forma física los trastornos por ansiedad, bajás médicas y miedo al regreso al puesto de trabajo

En la encuesta, las personas trabajadoras nos trasladan las medidas que consideran más eficaces para solucionar el problema por este orden de prioridad: más personal de seguridad, mejor equipamiento, como cámaras, alarmas, etc y evitar los trabajos en solitario. Además, CSIF entiende, desde la prevención de riesgos, que la formación del personal de seguridad privada en el manejo de estas situaciones es fundamental, así como implementar con urgencia las medidas que se extraigan de las evaluaciones de psicosociales que todas las empresas del sector deberían realizar.

Falta de seguridad en los centros de trabajo

La sensación de inseguridad en su puesto de trabajo es evidente: casi el 40 por ciento afirma sentirse inseguro o muy inseguro. Además, más del 90% de las empresas no tienen o no comunican a sus trabajadores ningún tipo de protocolo anti agresiones.

La totalidad de los encuestados considera que su profesión es una profesión de riesgo: Exposición a agresiones físicas y verbales: Interacción constante con individuos conflictivos, especialmente en situaciones de control de accesos, eventos masivos o servicios en lugares sensibles (hospitales, centros comerciales, transportes públicos).

Turnos nocturnos y horarios prolongados: Las jornadas extensas y la rotación de turnos afectan la salud física y mental del trabajador.

Falta de medios de protección: En muchos casos, los vigilantes operan sin el equipo adecuado (chalecos, cámaras, sistemas de alarma), lo que incrementa su vulnerabilidad.

Responsabilidad sin reconocimiento legal: Aunque desempeñan funciones similares a las de las fuerzas de seguridad pública, no siempre cuentan con el respaldo legal necesario, lo cual limita su capacidad de actuación.

CONCLUSIONES

Desde CSIF, exigimos implementar

• Formaciones regladas y contempladas directamente desde el convenio sectorial, con adecuados reciclajes.
• Formación continua en manejo de conflictos, técnicas de defensa personal y comunicación efectiva.
• Establecimiento de adecuados protocolos de actuación en situación de violencia verbal y/o física, una adecuada atención y evaluación de los riesgos psicosociales, refuerzos de plantilla y una vigilancia de la salud adaptada a las características y edad de las personas que integran el colectivo.
• Refuerzo legal del reconocimiento de los vigilantes como agentes de autoridad en ejercicio de sus funciones.
• Protocolos de actuación claros y acompañamiento legal en caso de agresiones.
• Campañas de concienciación pública sobre la labor del personal de seguridad.
• Mejora de condiciones laborales: turnos, equipos de protección, apoyo psicológico.

Las agresiones al personal de seguridad privada representan un problema creciente que afecta tanto a los trabajadores como a la calidad del servicio prestado. Es urgente implementar medidas integrales para proteger a estos profesionales, garantizar su bienestar y dignificar su labor.