COMEDIA EN TRES ACTOS: EL VI CONVENIO Y LA MAGIA DEL SINDICALISMO SUBVENCIONADO

COMEDIA EN TRES ACTOS: EL VI CONVENIO Y LA MAGIA DEL SINDICALISMO SUBVENCIONADO

ACTO I: LA MESA DE NEGOCIACIÓN, ESE TALENT SHOW SINDICAL

Imaginaros una mesa de negociación en la que, en lugar de luchar por mejorar las condiciones laborales de miles de empleados y empleadas públicos del Principado, algunos sindicatos compiten por ver quién se arrima más al calor institucional del Gobierno.
Se sientan, se sonríen, se pasan papeles, firman lo que les pongan delante y, si suena música de fondo… mejor que mejor.

Y claro, allí está CSIF, el sindicato con más representantes en la mesa, esperando ingenuamente que se hable de cosas serias como es el Convenio,

ACTO II: EL GUION YA ESTABA ESCRITO

Lo que no sabíamos es que el guion ya estaba pactado antes de que subiera el telón.
Desde Función Pública hablan del VI Convenio como si ya supieran que va a ser una realidad. Os explicamos cómo funciona.

El convenio es la única negociación en la que, si no cuenta con la mayoría sindical, la Administración no puede aprobarlo unilateralmente. Por tanto, los sindicatos son sí o sí una parte imprescindible.

Entonces, ¿cómo es posible que la Administración dé por hecho que habrá VI Convenio, si no ha habido ningún avance en ocho meses y lo único que se pretende es aniquilar derechos?

 Representatividad sindical en el Convenio:

• CSIF: 34 %
• CCOO: 24,67 %
• USIPA: 22 %
• UGT: 19 %

Si CSIF firma, con que se una un sindicato habría mayoría sindical.

Si CSIF no firma, la única manera de aprobar el convenio es que UGT, CCOO y USIPA se unan.

CSIF lo tiene claro: si no se mejora ni una sola condición laboral o derecho, no vamos a firmar.

Mientras tanto, la Administración está muy tranquila, relegando toda reivindicación a un futuro que nunca llega, dejando caer amenazas sutiles del tipo:

“Si no se firma el convenio, no lo tendréis.”

¿Qué tipo de negociación oculta se está cociendo por detrás para explicar este silencio sindical? Es, cuanto menos, llamativo.

Podemos pensar, por ejemplo, que algunos lo tienen claro: cuando uno cobra medio millón de euros al año en subvenciones del Principado (hola, UGT), es normal que no te apetezca tensar demasiado la cuerda.

Podéis comprobarlo vosotros mismos en la Ley de Presupuestos: MEDIO MILLÓN DE EUROS. NADA MÁS Y NADA MENOS.

Firmarán lo que sea, con tal de que no se les caiga el chiringuito.

ACTO III: EL ESCÁNDALO DE LEVANTARSE DE LA MESA

Y entonces, ocurre el drama: CSIF, viendo el teatro, se levanta de la mesa.

¡Y UGT entra en cólera!

Nos acusan de dinamitar la negociación.

¡Se indignan porque no queremos seguir participando en un teatro que no mejora nada para nadie!

¡Qué desfachatez la nuestra: querer dignidad en lugar de titulares!

Lo sentimos mucho: no vamos a firmar un convenio que consagre la miseria como norma, ni aplaudir mientras se reparte el pastel entre quienes ya estaban en el ajo desde el minuto uno.

FINAL: LA DIFERENCIA QUE MOLESTA

CSIF no recibe subvenciones del Principado de Asturias. Y eso se nota.

No firmamos por firmar.

No negociamos a cambio de favores.

No nos subvencionan, y eso nos hace libres.

Libres para decir lo que muchos piensan:

Queremos un convenio que mejore los derechos, no que los dinamite.