La violencia contra los profesionales de la sanidad, una herida que no cicatriza

2 de octubre de 2025

2 de octubre día internacional de la no violencia

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato más representativo en las administraciones públicas, advierte que la violencia contra los profesionales de la sanidad no es un hecho aislado ni anecdótico: es una realidad estructural que crece sin freno y que golpea cada día a quienes nos cuidan. Según el Informe de agresiones a profesionales del SNS 2024, presentado por el Ministerio de Sanidad, en ese año se notificaron 17.070 agresiones, lo que supone un 15,74 % más que en 2023. Cada día se producen de media unas 45 agresiones —físicas o verbales— a este colectivo en sus centros de trabajo. CSIF alza la voz con firmeza ante esta intolerable realidad. La violencia en el ámbito sanitario es un problema grave que exige una respuesta inmediata y contundente.

La verdad es que no hablamos de números vacíos. Hablamos de una enfermera a la que insultan en mitad de la guardia, de un médico que escucha gritos porque la espera se alarga, de un administrativo que aguanta amenazas en ventanilla o de una celadora que se acuesta con miedo pensando en si mañana volverá a pasar. No son anécdotas: son heridas que se repiten, día tras día, hasta volverse insoportables.

Y es que la raíz está clara: la falta de personal. En Atención Primaria, hay médicos que llegan a ver 50, 60 o más pacientes al día. Imagina: apenas unos minutos para escuchar, atender, explicar, mientras la sala de espera se desborda y el teléfono no deja de sonar. En hospitales, la ratio de enfermería en España sigue siendo de 5,9 por cada 1.000 habitantes, muy lejos de la media de la OCDE (8,9). Y en verano, con las plantillas reducidas al mínimo, la tensión se corta casi con un cuchillo.

Además, el daño no siempre se ve. El 84% de las agresiones (14.217 casos) son NO físicas, como insultos o  amenazas. El insomnio, la ansiedad, el miedo silencioso a enfrentarse a un paciente alterado… es como un vaso al que cada día se le añade más agua, hasta que inevitablemente rebosa.

El perfil más castigado es claro: mujeres (78%), sobre todo enfermeras 4942(29%) facultativos 5578 (33%) y personal de Atención Primaria. Pero tampoco se libran administrativos 2429 (14%), celadores 691(4%) o TCAE 2567(15%), que encajan insultos y presiones a diario. Los agresores suelen ser pacientes (71 %) y familiares (29 %), y lo más preocupante: un 17 % (3603 casos) reincide.

Desde CSIF Sanidad Nacional lo decimos sin rodeos: la violencia contra los profesionales no es un accidente puntual, es un problema estructural. Y por eso exigimos medidas valientes:

  • Reconocimiento legal como autoridad pública para todo el personal sanitario.
  • Sanciones que sean disuasorias de verdad, sobre todo en casos de reincidencia.
  • Una tipificación clara de las conductas violentas, desde insultos hasta acoso continuado.
  • Protocolos de seguridad homogéneos y efectivos, que no dependan del centro donde trabajes.
  • Protocolo Nacional Unificado de Agresiones, con directrices claras de prevención y actuación.
  • Agilización de órdenes de alejamiento para proteger a las víctimas.
  • Apoyo psicológico gratuito a las víctimas.
  • Protección de la identidad profesional, con tarjetas codificadas en lugar de nombres completos.

No nos quedamos quietos. Desde CSIF ya ofrecemos acompañamiento jurídico y psicológico a las víctimas y trabajamos en la mejora de protocolos de seguridad. Insistimos a los profesionales que comuniquen las agresiones como accidente laboral y que lo denuncien a la policía nacional. Pero lo sabemos: mientras no se refuercen plantillas y se garanticen contrataciones estables, cualquier otra medida será solo un parche.

Porque proteger a quienes nos cuidan es proteger la sanidad de todos. Y sin seguridad, no hay sanidad. Y sin sanidad, no hay futuro.

En este 2 de octubre, Día Internacional de la No Violencia, reafirmamos nuestro compromiso: seguir luchando por una sanidad donde prime el respeto, la dignidad y la confianza. Una sanidad donde nadie tenga que empezar su turno con miedo.

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