CSIF denuncia las deplorables condiciones en las que se vive en el Centro Penitenciario de Ponent

CSIF denuncia las deplorables condiciones en las que se vive en el Centro Penitenciario de Ponent

 

Las condiciones en las que viven reclusos y trabajadores ponen en constante peligro la convivencia en la prisión

 

Este sábado pasado, el Centro Penitenciario de Ponent sufrió un “código negro”, es decir, cayó toda la red eléctrica y la cárcel quedó totalmente bloqueada durante toda la mañana. Por suerte, fue por la mañana, porque las consecuencias hubieran sido mucho más preocupantes de haber ocurrido por la tarde, cuando ya no hay luz natural.

 

Las graves consecuencias de una situación así sólo las conocen los trabajadores. Supone quedar atrapado sin posibilidad rápida de reacción frente a posibles emergencias médicas, situaciones de riesgo o la dificultad de mantener el normal desarrollo de la actividad penitenciaria.

 

Para la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato más representativo en las administraciones públicas, “la irresponsabilidad de los políticos con el Centro Penitenciario de Ponent es vergonzante. Cuando se cerró La Modelo de Barcelona, se asignó un presupuesto de 3,5 millones de euros a este centro, que nunca llegó a su destino.  Ya nos habían engañado anteriormente con la promesa de una cárcel en Tàrrega. Se llenan la boca cuando hablan de territorio o de Derechos Humanos y se olvidan de la provincia de Lleida, como siempre”.

 

La próxima semana está previsto cerrar el módulo 11 para realizar tareas de mejora en los cuadros eléctricos, pero no es suficiente ya que, como CSIF lleva mucho tiempo denunciando, la prisión de Lleida tiene graves problemas en su infraestructura, provocados por el deterioro lógico del paso del tiempo, la falta de mantenimiento y la falta de inversión. Además, la carencia de personal es grave y las condiciones laborales de los trabajadores no son las apropiadas. Viven en condiciones de total insalubridad.

 

“Las instalaciones son obsoletas y no se les hace mantenimiento ni se ha hecho nada desde los años 90. Baños y duchas imposibles de usar por las humedades, mugre, moho, estancias inhabitables, cañerías rotas, cloacas inservibles, cristales rotos, paredes desconchadas y un largo etcétera a lo que se añaden plagas persistentes de chinches, cucarachas, ratas y palomas. También tenemos a internos que viven en celdas que están en condiciones deplorables. La prisión lleidatana se cae, literalmente, a trozos”.

 

Además, el sindicato declara que “mientras los funcionarios de Ponent se ven abocados a trabajar con condiciones indignas y sin las medidas de seguridad adecuadas, debemos seguir velando por mantener la normal convivencia en el interior del centro y llevar a cabo la tarea penitenciaria. Es muy duro trabajar en estas condiciones cuando, además, tenemos internos muy conflictivos, agresivos y extorsionadores, capaces de alterar la normal convivencia entre los internos; sin olvidar a aquellos totalmente inadaptados socialmente, ya sea por su conducta personal o por su singular capacidad cognitiva”.

 

CSIF exige medidas urgentes. La provincia de Lleida merece un centro penitenciario digno y la Administración tiene la obligatoriedad de garantizar las condiciones laborales de sus trabajadores, mediante el cumplimiento de las medidas de prevención, y velar por la seguridad y la salud en el trabajo, así como la de las personas a las que pueda afectar, como son los internos, que tienen el derecho a vivir en unas condiciones dignas.