EL GOBIERNO RECOGE LA PROPUESTA DE CSIF E IMPULSA POR FIN NUEVAS LÍNEAS DE ACTUACIÓN PARA ABORDAR LOS EFECTOS DEL TRABAJO EN LA SALUD MENTAL

  • Prevención de Riesgos Laborales
  • Responsabilidad Social

8 de July de 2025

Desde CSIF valoramos positivamente que el Ministerio de Sanidad haya dado un paso adelante para abordar una realidad que llevamos años denunciando: el impacto del trabajo en la salud mental. Esta iniciativa responde a una demanda histórica de nuestro sindicato, que lleva años reclamando actuaciones concretas para proteger a las personas trabajadoras.

Este avance llega tarde, tras años en los que la salud mental relacionada con el trabajo ha sido ignorada o minimizada. Solo en 2024 se registraron más de 640.000 bajas laborales vinculadas a problemas psicológicos, una cifra alarmante que refleja el deterioro de las condiciones laborales. Detrás de estos datos hay personas que sufren ansiedad, insomnio o agotamiento crónico, muchas veces como consecuencia directa de entornos laborales inadecuados o marcados por la precariedad.

Durante todo este tiempo, desde CSIF hemos advertido reiteradamente sobre este problema en diferentes foros y ante diversas administraciones, insistiendo en la necesidad de un abordaje estructural y no meramente paliativo. No podemos seguir permitiendo que estos trastornos no sean reconocidos como contingencias profesionales. El silencio institucional ha dejado desprotegidas a miles de personas trabajadoras, impidiendo una prevención eficaz.

El reciente informe presentado por el Ministerio recoge una línea de trabajo que integra una visión clínica y epidemiológica para avanzar hacia una respuesta más adecuada. Por un lado, contempla la necesidad de que los profesionales de la salud incorporen en sus evaluaciones preguntas relacionadas con el contexto laboral, y por otro, permite recabar datos clave que sustenten políticas públicas más eficaces.

Desde CSIF consideramos que esta orientación es un paso importante para identificar el origen del malestar psíquico vinculado al trabajo y evitar que más personas enfermen. La propuesta de incluir un código específico dentro de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) puede ser clave para visibilizar esta problemática y avanzar en su reconocimiento y tratamiento.

Por fin, el Gobierno escucha nuestras reivindicaciones para mejorar la salud mental de los trabajadores. En este sentido, insistimos en la necesidad de mecanismos de coordinación interdisciplinar entre atención primaria y especializada, salud mental, mutuas y servicios de prevención, con el fin de ofrecer una red de apoyo sociosanitaria profesional y efectiva.

Solo una estrategia integral y bien articulada podrá ofrecer una respuesta eficaz y duradera. La salud mental no puede abordarse de forma aislada; requiere formación especializada, coordinación entre servicios y recursos suficientes.

No basta con tratar los síntomas.
Es necesario actuar sobre las causas estructurales que los generan. De nada sirve una intervención clínica si las personas regresan a entornos laborales que perpetúan el malestar. El trabajo debe ser un espacio de desarrollo y dignidad, no una fuente de daño a la salud mental. Cuando existen condiciones precarias, exigencias excesivas, ausencia de apoyo, sobrecarga, inestabilidad laboral, salarios insuficientes o relaciones laborales tóxicas, el empleo se convierte en un foco de enfermedad.

Desde CSIF consideramos imprescindible acompañar este enfoque con medidas concretas. Reclamamos al Gobierno:

  • Un aumento del presupuesto destinado a salud mental y refuerzo de plantillas, especialmente en Atención Primaria y Especializada.

  • Incremento de plazas en la especialidad de Medicina del Trabajo y Enfermería del Trabajo.

  • Formación específica para los profesionales sanitarios en la detección del malestar de origen laboral.

  • Actualización del cuadro de enfermedades profesionales, incluyendo el síndrome de burnout y otros trastornos mentales.

  • Reconocimiento de los trastornos mentales como contingencias profesionales.

Además, en las empresas y administraciones es urgente implementar acciones dirigidas a reducir el impacto del trabajo en la salud mental:

  • Programas gratuitos de apoyo psicológico en los centros de trabajo.

  • Refuerzo de los servicios de prevención para una gestión psicosocial eficaz.

  • Formación en gestión emocional y campañas contra el estigma de la salud mental.

  • Protocolos eficaces contra el acoso, la discriminación y la violencia laboral.

  • Políticas de rehabilitación y retorno progresivo al puesto de trabajo.

Desde CSIF consideramos que estas líneas recogidas en el informe suponen un primer paso en la dirección correcta. Estaremos vigilantes de su desarrollo y aplicación. Es fundamental que todo avance se implemente con garantías, dotando al sistema sanitario de los recursos y la formación necesarios para una intervención eficaz.

Seguiremos trabajando para que estas propuestas se traduzcan en un cambio profundo en la forma de concebir la salud laboral en nuestro país. Porque cuidar la salud mental no es solo una responsabilidad sanitaria: es una cuestión de derechos laborales.

Y en eso, desde CSIF, no vamos a dar un paso atrás.

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