El carnet de identidad de la CECIR

Es posible que más de un empleado público sienta escalofríos nada más escuchar este nombre: CECIR. Pero ¿cuál es el motivo de ese temor? Pues el argumento esgrimido por los departamentos de RRHH para trasladar negativas sobre cualquier tema que tenga que ver con retribuciones y negociaciones colectivas en las distintas administraciones públicas.

Las siglas de CECIR, en realidad, corresponden a la Comisión Ejecutiva de la Comisión Interministerial de Retribuciones. Su poder parece infinito. Ya pueden decir los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que el incremento salarial para el ejercicio 2019 será del 2,25%, que si desde la Subdirección General de Gestión de Retribuciones y Puestos de Trabajo (parte de la CECIR) no se expide la correspondiente autorización a cada organismo público no se aplica dicho incremento. Y claro, así pasa que todavía los hay que aún no han cobrado la subida autorizada para el año 2019 por increíble que parezca.

Pero no sólo eso, sino que los propios PGE posibilitan la carrera profesional y la promoción interna de los empleados públicos. Pero para llevarla a cabo hace falta el informe favorable de la CECIR, que en el caso del ICO (Instituto de Crédito Oficial) consiente que la deuda con los empleados se haya incrementado desde 2014 en más de dos millones de euros. ¿El motivo? La CECIR no autoriza a pagar las nuevas categorías profesionales.

Y yo me pregunto: ¿de dónde viene tanto poder por parte de la CECIR? Y me resulta cuando menos curioso comprobar que el problema es común a casi todos los organismos públicos, cada uno con sus matices, pero precisamente eso es lo que hace la situación más inexplicable. Es más, ¿por qué las decisiones de la CECIR no son las mismas para todos los organismos públicos?

Por eso mismo, porque las decisiones de la CECIR no obedecen a los mismos criterios sino que se toman en función de sobre qué organismo se trate, los trabajadores públicos deberían coordinarse para llevar a cabo medidas que les lleven a recuperar los derechos de que han sido privados por decisiones cuya objetividad es, cuando menos, sospechosa.

Se habla tanto de la CECIR que parece que es un ente que no lo compone nadie. Por eso mismo yo he decidido, a través del portal de transparencia, poner nombre y apellidos a esta comisión para que todo el mundo sepa quiénes están detrás de estas decisiones:

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MIEMBROS DE LA CIR:

¬ María José Gualda Romero, Secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos.

¬ Javier Rueda Vázquez, Director General de la Función Pública.

¬ Juan José Herrera Campa, Director General de Costes de Personal y Pensiones Públicas.

¬ Jaime Iglesias Quintana, Director General de Presupuestos.

¬ María Pía Junquera Temprano, Directora General de Gobernanza Pública.

¬ Secretarias:Estela Ríos Muñoz, SubdirectoraGeneraldeGestióndeRetribucionesyPuestosdeTrabajoyYolanda Martínez Sevilla, Subdirectora General de Planificación de Recursos Humanos y Retribuciones.

MIEMBROS DE LA CECIR:

¬ Juan José Herrera Campa, Director General de Costes de Personal y Pensiones Públicas.

¬ Javier Rueda Vázquez, Director General de la Función Pública.

¬ Juan Antonio González Pastor, Subdirector General de Estudios de Costes y Análisis de Retribuciones.

¬ Clara Martín Moreno, Subdirectora General del Registro Central de Personal.

¬ Mercedes Reig Gastón, Subdirectora General de Programas Presupuestarios de Actividades Generales.

¬ Isabel Ríos Cid, Subdirectora General de Gestión de Procedimientos de Personal.

¬ Alicia Herrero Fernández, Subdirectora General de Aplicaciones y Servicios Generales.

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P.D. Ahora que ya sabemos quiénes son los responsables de esta Comisión los miles de trabajadores públicos afectados por sus decisiones podrán darles los buenos días cuando se crucen con ellos y anunciarles que se avecina tormenta.

El carnet de identidad de la CECIR

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