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El proyecto estrella de Castells, la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), no convenció a nadie y ha sido duramente censurado por sindicatos, rectores, estudiantes y comunidades autónomas. Las críticas arreciaron con la huelga de estudiantes, las dudas del Consejo de Estado sobre su seguridad jurídica o la negativa de la Crue a informar sobre el anteproyecto de la LOSU.
Para CSIF, el actual anteproyecto de la LOSU pretende fragmentar el Sistema Universitario Español, instaura una perniciosa doble vía paralela funcionarial y laboral y no afronta con valentía los graves problemas de precariedad, inestabilidad y temporalidad del Personal Docente e Investigador de las universidades públicas.
Tampoco fue ajena a la polémica la Ley de Convivencia Universitaria que, una vez pactada, fue modificada en el Congreso por las enmiendas de PSOE, UP y ERC, llegando a resultar descafeinada una fórmula común y homogenea de mediación para resolución de conflictos que, ahora, deja en manos de cada universidad su desarrollo. Sin embargo, en CSIF valoramos las mejoras de Castells para amliar las cuantías y el número de becas y sus acciones para reducir el precio de las matrículas universitarias.
Lamentamos que se siga separando Ciencia y Universidad, y esperamos que el nuevo ministro Subirats afonte con diligencia actuaciones para reducir la precariedad, la alta temporalidad y la renovación de las plantillas. Desde CSIF también consideramos urgente negociar el Estatuto del PDI, incrementar la financiación y modificar el sistema de acreditación.
17 de diciembre de 2021