CSIF prepara acciones jurídicas para denunciar la desprotección del personal sanitario y de residencias de mayores por la falta de material

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25 de marzo de 2020

- España es el país con mayor porcentaje de personal de la sanidad infectado
- Personal del Ramón y Cajal se planta y exige a la dirección del hospital los medios adecuados para no incrementar la abultada lista de sanitarios contagiados
- “Si nosotros caemos enfermos no sé quién va a cuidar de nosotros”, asegura una enfermera a CSIF

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato más representativo en las administraciones públicas y con presencia creciente en el sector privado, está estudiando acciones jurídicas y centenares de denuncias ante la Inspección de Trabajo o incluso a la Fiscalía, para que tomen cartas en el asunto ante la situación de desprotección a la que se ve expuesto el personal de residencias de mayores y de la Sanidad en muchos hospitales que, obligados por sus superiores, deben atender a pacientes con coronavirus sin disponer de los materiales de protección adecuados, como mascarillas seguras, EPIs o gafas protectoras.

La falta de este material está provocando un gran número de bajas entre celadores, TCAEs y enfermeras, médicos y en general de todo el personal que trabaja en la Sanidad (mantenimiento, limpieza, administración) y que es necesario para el funcionamiento de los centros –España es a día de hoy el país con el porcentaje mayor de sanitarios infectados- y la rebelión de algunos sanitarios, que se niegan a atender a pacientes infectados debido a la alta exposición al virus por contar, por ejemplo, con mascarillas quirúrgicas, que no sirven para evitar contagios, y no con las correspondientes FFP2.

Sin embargo, estas reticencias a actuar con tan alta exposición al virus provocan que sus superiores les amenacen con apertura de expedientes. De hecho, una jefa médica en el Hospital Álvaro Junqueiro (Vigo) ha sido destituida tras criticar la falta de medidas de protección y la consejera de Sanidad de la Comunidad Valenciana, en una comparecencia ‘inverosímil’ ante los medios de comunicación, ha responsabilizado a los propios profesionales de sus contagios. CSIF está tomando nota de estos mandos intermedios y equipos directivos para, cuando pase esta crisis, denunciarlos ante las instancias pertinentes y pedir su cese por poner en riesgo la salud de los trabajadores.

Estas amenazas de apertura de expedientes se están dando en el hospital Ramón y Cajal de Madrid, en el que un grupo de unos 50 sanitarios, entre enfermeras, TCAEs, celadores y médicos, se han plantado ante los mandos intermedios, ya que estos les niegan las mascarillas que son obligatorias para atender a pacientes infectados.

“Tenemos un montón de bajas en nuestra planta y sigue sin importar. Si me pongo mala contratan a otra. Estamos desesperadas. Llevamos trabajando durante toda la semana con la misma mascarilla, con ella entramos en todas las habitaciones, y se supone que sólo valen para un turno de ocho horas”, asegura una enfermera de este centro hospitalario a CSIF.

La falta de medios y el no suministro por parte de los superiores provocó que en los primeros días, muchos celadores y auxiliares de enfermería, a los que hacían trabajar sin ninguna protección, se contagiaran. Según han confirmado varios sanitarios de este centro a CSIF, hay cuatro celadores infectados, sin patologías previas, con pronóstico grave.

“Nos sentimos mal porque no estamos seguros en nuestro trabajo, no estamos protegidos, cuidando a pacientes que están muy mal, que son muy dependientes. Me parecen muy bien los aplausos de la gente pero quiero que mis jefes, mi hospital, me dé medios para poder trabajar en condiciones, sin miedo. Porque el que no caiga enfermo va a caer psicológicamente. Pero la sensación que tenemos es que les damos lo mismo. Tenemos una vida fuera, familia, amigos, que aquí no vale”, asegura indignada esta enfermera.

Este malestar de los profesionales con la falta de material y la ausencia de empatía de sus superiores está llegando en cascada a CSIF, que se plantea denunciar estas situaciones ante las instancias oportunas cuando llegue el momento.

“Además de la falta de material hay que añadir la incompetencia e insensibilidad de los mandos intermedios, que a día de hoy siguen sin entender nuestras exigencias de trabajar con el material adecuado. No es sólo para protegernos a nosotros mismos, sino para proteger a nuestros compañeros y nuestras familias. Te queda la duda de lo que estás llevando a casa. No sabemos si somos positivos. Nos dicen que es lo que hay, que nos pongamos a trabajar, sin más”, afirma una TCAE del Ramón y Cajal a CSIF.

Otra enfermera cuenta que, debido al alto número de bajas entre los profesionales de este centro, el pasado sábado se encontró sola en una planta del Ramón y Cajal con 45 positivos y solo con tres enfermeros nuevos sin experiencia previa en hospitales. En esa situación solo pudieron hacer una ronda en todo ese día. A las siete de la tarde le anunciaron que iban a aumentar la capacidad de la planta poniendo una tercera cama en cada habitación.

“Acabo destrozada cada jornada. Intentamos reservar todo lo posible nuestras mascarillas FFP2 que tenemos desde hace semanas y que ya no sabemos si sirven para algo porque en teoría valen para ocho horas”, asegura esta enfermera a CSIF, que emocionada añade: “Si nosotros caemos enfermos no sé quién va a cuidar de nosotros”.

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