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Una licenciada en periodismo con amplia experiencia como redactora creativa de publicidad ha sido la ganadora del III Concurso de Microrrelatos de CSIF Madrid. Se trata de Purificación Ruiz Gómez, que con su relato “De velos y desvelos”, sobre una pareja que sufre en sus carnes la falta de libertad en un país sin democracia, conquistó al jurado de estos premios, que se entregaron ayer miércoles, 22 de mayo, en el marco de los Premios CSIF Educación Madrid.
Purificación Ruiz Gómez ha trabajado durante 14 años como redactora creativa de publicidad en diversas agencias y hace más de 20 años comenzó a escribir literatura infantil. Ha publicado varias novelas bajo el nombre de Eva Ruiz y alrededor de 50 relatos y microrrelatos en diversas antologías. Este galardón se suma otros muchos premios literarios que ha logrado organizados por Ayuntamientos, editoriales, fundaciones u organismos públicos.
Además de todo esto, se dedica a enseñar español a miembros de la comunidad china en Madrid. Por ganar el III Concurso de Microrrelatos de CSIF Madrid, Ruiz recibió ayer un trofeo, un diploma acreditativo y diversos obsequios como una cafetera Nespresso, una entrada doble para el musical “Piaf”, cortesía de Smedia, un pack de experiencias y merchandising de CSIF.
Los finalistas fueron fueron Álvaro Flórez de Losada Huidobro, por “Elecciones en Cavernia”, y Manuel Lozano Tébar, por “Debilidad”. Ambos recibieron sendos diplomas acreditativos, entradas dobles para las obras de teatro “El Test” y “El amor está en el aire”, además de merchandising de CSIF.
El jurado agradece la alta participación en esta tercera edición del concurso y la calidad de los microrrelatos presentados, que nos animan a seguir con este certamen el año que viene.
De velos y desvelos
Asthma anda enamorada.
Desde hace más de un año Kamal ha revuelto su velo y su vida.
Y los sueños acaban por encontrarse. Para crear futuros conjugados en plural. Y conjugando, conjugando... se imaginaron enganchados en el verbo amar.
Un día que Asthma va al centro comercial, Kamal surge como un bailarín de una película de Bollywood para pedirle matrimonio. En su emoción, Asthma lo abraza con piel y alma.
Alguien ha grabado con móvil el encuentro. Y ya rueda por las redes sociales. Las autoridades los localizan, aplicando multa y cárcel.
Habían olvidado que vivían en un país sin igualdad ni elecciones, donde las manifestaciones amorosas en público están prohibidas y castigadas.
Y su país, que el amor es un derecho. Donde no caben más leyes que los besos.
Purificación Ruiz Gómez
Elecciones en Cavernia
Brutus, Dinoso y Mamutis, tres peludos habitantes de Cavernia (región de Diplodocia), pugnaban a golpes por hacerse con el poder. Resuelta, sabia anciana, propuso hacer una votación pacífica. Los tres cavernícolas, dejando caer sus mazas, aceptaron. Espabilatra, una joven que observaba el episodio, intervino presta para plantear un sistema de votación en igualdad. Dentro de dos lunas, cada habitante, metería en un odre ubicado en la gran caverna, una piedra de cierto color, a fin de elegir al candidato respectivo. Resuelta y Espabilatra, en una apartada gruta, pergeñaron la creación de un rudimentario partido para presentarse a las elecciones. Así nació SILEX (Sociedad Independiente para Logros Extraordinarios) y así se ganaron las primeras elecciones de la historia.
Álvaro Flórez de Losada Huidobro
Debilidad
Juan lo aprendió el jueves. Todos somos —para bien o para mal— el resultado de nuestras elecciones. Absolutamente todos sin admitir en esta cuestión fisura o duda alguna. En plena igualdad y sin lugar para devoluciones ni derecho a desistimiento. La vida, triste pero real es reconocerlo, no es una oferta de hipermercado ni se rige por las escrupulosas leyes del consumo. Una vez formulada cualquier opción vital, de esas que tomamos a decenas cada día, las consecuencias acaban por llegar antes o después.
Sin que quepa rechazarlas.
Lo supo en cuanto reconoció a Luis. Al mismo Luis a quien tanto incordió en el colegio y a quien tan malos ratos hizo pasar en su día. Sin rastro alguno ahora de la vieja debilidad mientras le tendía sonriendo su tarjeta de inspector de Hacienda.
Manuel Lozano Tébar