La Mutua de Correos deniega la solicitud de baja de embarazo por riesgo a una empleada en la 36 semana de gestación

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7 de marzo de 2019

CSIF denuncia el caso de una empleada de Correos que trabaja en atención al cliente, donde levanta paquetes de hasta 10 kilos, y a la que la Mutua le deniega la solicitud de baja de embarazo por riesgo.

Hoy, Ana, embarazada de 36 semanas, ha cargado un paquete de diez kilos. No sería nada novedoso si no es por su estado. “No puedes estar continuamente pidiendo la ayuda de compañeros que en ese momento están atendiendo al público. Se puede hacer una, dos, tres, cinco veces pero hay momentos lo largo de una mañana en los que no”. Ana trabaja en atención al cliente en una oficina de Correos y esas son las reglas de juego. Pero el problema es que ayer le llegó la notificación por parte de Muprespa, la Mutua concertada por Correos, a la que Ana había solicitado la baja de embarazo por riesgo, en la que se le denegaba dicha solicitud. Tampoco le extrañó, porque cuando fue a la consulta del médico de la Mutua no le pidió ni siquiera los informes médicos que traía de la Seguridad Social. Directamente, le dijo que “según las funciones que le había mandado la empresa que desarrollaba” en su puesto “no había motivos” para darle la baja.

El doctor también le explicó que el estrés o el volumen de trabajo, que ahora ha crecido en la sucursal, con motivo del inicio del voto por correo para las elecciones, tampoco son motivos para concederle la baja por riesgo en el embarazo a las 36 semanas. Y Ana no se puede coger la baja por la Seguridad Social, porque la empresa le penaliza económicamente, “y no podemos permitírnoslo en casa. Mi marido está en paro y vamos muy justos. Pero ya no sólo es eso, sino que después de haber aguantado hasta aquí, pues ha habido semanas en las que tuve momentos en los que lo pasé mal, no creo que fuese justo que en el último tramo del embarazo me descuenten dinero de la nómina”.

Ana explica que su Jefe de Sector en Correos es el primero que le aconsejó que fuese a la Mutua para que le concediese la baja. “El feto es muy grande”, explica Ana en un relato  que demuestra lo desprotegida que puede llegar a sentirse una mujer embarazada. Y, a través de su caso, es el problema que en esta ocasión trata de explicar CSIF, porque una cosa son las funciones que se describen de los puestos de trabajo. Otra, la práctica, el día a día que no se puede programar en ningún papel y que puede derivar en casos como el de Ana: embarazada de 36 semanas, cargando paquetes y exponiéndose a que un médico, por ahorrar  dinero a una Mutua en la que trabaja, le deniegue la solicitud de embarazo por riesgo. ¿Qué clase de sociedad es ésta?, pregunta CSIF mientras exige una solución.  

 

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